La experiencia de una joven italiana en Innsbruck en Austria, donde están naciendo las primeras tiendas libres de la cadena Kostnix.
El negocio donde es todo gratis, menos consumo y menos residuos. Artículos a disposición de los que lo necesitan, no importa si es rico o pobre. Experiencias análogas en Holanda y en Bélgica.
De ROSARIA AMATO
ROMA – Kostnix, en Alemán significa “no cuesta nada”, es el nombre escogido por un grupo de amigos para la primera “tienda libre,” los artículos de la tienda no están libres de impuestos, libres de las tasas de aduana, como en el mercado libre de los aeropuertos: son en absoluto gratuitos. Las únicas normas a respetar son: no llevar más de tres artículos al día, y no revender en ningún caso las cosas tomadas en la tienda.
Aquello de las “tiendas gratuitas” es una experiencia de varios años en Austria (en Viena por ejemplo hay dos), en Holanda y en Bélgica. En un breve artículo de la Wikipedia explica que “su objetivo es ofrecer una alternativa al sistema capitalista. Las tiendas libres son similares a las tiendas de caridad, solo que todo es libre y disponible, si se trata de un libro, un mueble, una prenda de vestir o un artículo para el hogar (…) La mayor parte de las personas que usan estas tiendas están impulsados por la necesidad (escasos recursos económicos, como en el caso de estudiantes o ancianos) o de convicciones (anti-capitalistas)”.
“A nosotros no nos importa que los que se lleven los objetos estén en un estado de necesidad absoluta, que sean pobres, pueden también ser ricos- explica Valentina Callovi de Trento, una de los dos italianos que gestionan Kostnix, en Innsbruck (los otros voluntarios son todos austriacos)- lo importante es que aquello que han tomado les sirva de verdad, o les guste”. Y aunque el objetivo de las tiendas libres no es aquello de combatir la pobreza, sino de combatir el consumismo, la tendencia a deshacerse de los objetos que ya no sirven botándolos a la basura, sin pensar que en lugar de convertirse en residuos, con los altos costos de eliminación correspondientes, podría servirle a alguien evitándole así comprarlo y malgastar el dinero.
“El objetivo de las tiendas libres es de oponerse a la sociedad de consumo y a la sociedad que usa y bota, en cambio sostiene una aproximación más consciente con los recursos. Debería haber menos producción, menos residuos y también menos mano de obra. Quien toma los objetos de una tienda libre, guarda el dinero que tendría que gastar para comprarlo y así contribuye también a reducir el trabajo retribuido, símbolo del capitalismo”, según la pagina de Kostnix, que también tiene una versión en italiano.
“Somos un poco más de una décima de personas- dice Valentina- y logramos tener abierto Kostnix sólo los martes y los miércoles. Cada uno de nosotros trabajamos sin retribución por dos horas a la semana. El alquiler de la tienda, 20 metros cuadrados en el centro de Innsbruck, cuesta 400 euros al mes. Nos financiamos con un concierto anual por la noche con vino caliente en el cual cada uno ofrece lo que quiere, la ciudad de Innsbruck nos da 1000 euros al año, y la misma cifra es pagada por los verdes, que aprecian nuestra contribución al ambiente (contribuimos a la reducción de los residuos a través de la reutilización de los objetos)”.
Valentina Callovi es de Trento, y se trasladó a Innsbruck siete años atrás para ir a la universidad. Estudio para ser traductor e intérprete, además esta por graduarse. “Vivo aquí por elección, no por necesidad”, dice. Que cosas llegan a Kostnix? “libros, vestidos, sobre todo para niños, juguetes, muchas cosas para la casa, desde los platos hasta los electrodomésticos, CDs, DVDs, también computadores y televisores. La cosa de más valor que ha llegado hasta ahora es un vestido de novia. Pero para las cosas más engorrosas como armarios o sofás, hay un boletín que recoge los anuncios publicitarios".
Mucha variedad de productores, un poco menos que los compradores: llevan gratis objetos usados, pues en un país como Austria, pueden resultar un poco descalificados socialmente. “Vienen a llevarse los objetos sobretodo estudiantes-dice Valentina- o señores de 50-60 años, más que todo extranjeros (aquí hay por ejemplo una amplia comunidad turca), o infinidad de mujeres con los niños pequeños”. Un público reducido respecto a aquel potencial, y sobre todo respecto al objetivo que se propone Kostnix, que es un objetivo muy ambicioso, en cualquier modo de reformar los valores de la sociedad capitalista.
“¿Por qué trabajar 40 horas a la semana para adquirir zapatos de marca, cuando se pueden tener gratis, trabajando menos y gozando de una cantidad mayor de tiempo libre?”, se pregunta Valentina.
Tomado de:
Aporte y traducción de Ana María Gastelbondo.
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