
“Siempre ha habido cierta falsedad en la afirmación de que las universidades son instituciones autónomas. Sin embargo lo que las universidades padecieron durante las décadas de 1980 y 1990 fue bastante vergonzoso, pues bajo la amenaza de que les recortaran la financiación, permitieron convertirse en empresas comerciales, donde los profesores que anteriormente habían realizado sus investigaciones con libertad soberana se transformaron en agobiados empleados que debían cumplir con las cuotas fijadas bajo el escrutinio de gerentes profesionales. Es muy dudoso que los antiguos poderes del profesorado lleguen alguna vez a restaurarse.”
J.M. COETZEE
“Diario de un mal año”
Una reflexión educativa
La educación es una de las mejores inversiones a futuro que puede hacer un Estado, sin embargo a nivel mundial esta máxima no parece ser así. Basta con leer los lineamientos trazados por la Unesco hace mucho tiempo sobre el enfoque que debería tener la educación.
Si analizamos el contexto Colombiano (y Latinoamericano) es claro que muy poca gente tiene acceso a la educación superior, y cuando se da esta oportunidad, la gran mayoría se enfrenta a la decisión de estudiar como si estuviera escogiendo algún producto de la estantería en un supermercado. Las posibilidades no dan para mas. ¡Debo invertir esto y espero recoger tanto!
A pesar de que la educación superior es demasiado costosa para la mayoría de ávidos bachilleres frenéticos por comenzar a trabajar de manera remunera y por ascender la empinada pirámide social, la calidad de la misma es muy deficiente, pues se ha convertido en un producto mercantil, que es producido como todo en el sistema, es decir, a bajo costo con el máximo beneficio. La mayoría de programas no hacen mas que llenar de conocimientos técnicos la cabeza de los estudiante y en donde la relación maestro-alumno es muy distante, máxime cuando el primero es de tipo hora-cátedra (su contrato de servicio le limita a enseñar unas pocas horas en la universidad).
Las lineas de investigación y las humanidades son las ultimas temáticas que están contempladas en un programa académico, siendo estas materias tan importantes como las básicas, ya que permiten y otorgan criterios y elementos para que el alumno desarrollo el pensamiento crítico. De alguna forma pareciera que los que diseñan el sistema educativo, no quisieran encender las mentes de los alumnos, como si solo fuera necesario tener “expertos profesionales” pero sin la capacidad humana, basada en la ética y los principios, para discernir sobre los problemas del mundo real y enfrentarse a ellos de forma creativa y contribuir al mejoramiento de la sociedad.
Otro factor preponderante que determina la calidad de la educación y la formación del estudiante son los métodos de enseñanza. La mayoría son antiguos y obsoletos, se basan en la represión, la mnemotecnia, la valoración cuantitativa y cualitativa de los conocimientos y no en la deducción, el análisis, la motivación y la inspección de las soluciones a un problema. Desde todos los niveles de escolaridad (pre-escolar hasta universidad) se aplican estos métodos rudimentarios y ortodoxos, siendo, en la mayoría de los casos, los profesores, ignorantes inconscientes de lo que significa de la labor de construir dinámicamente la tarea del aprendizaje en el alumno, convirtiéndose mas bien, en jueces, algunas veces irrefutables otrora inequívocos poseedores de la verdad que transmiten sumisión, subordinación, orden, control y demás taras psicosociales que convierten a un potencial genio en un amable y conciliador servidor, ciudadano de bien, y de honorable y respetable educación!. Para ejemplificar esta situación, basta recordar algún capitulo de nuestra época de infancia, cuando alguno de nuestros maestros nos hicieron ruborizar en publico por dar una respuesta equivocada sometiéndolo en el acto a la ridiculización por parte de sus compañeros.
Estas acciones no provocan más que destruir toda ‘chispa’ de creatividad. La duda es ignorada en aulas y salones de clase y se desestima el aprendizaje basado en los errores. Lo que debería importar, no es la equivocación sino poder aproximarse al conocimiento basados en la experiencia propia y en la comprensión y aprehensión de fundamentos que otros, antes de nosotros, han aportado. Desde este punto de vista, muchos maestros aplastan la búsqueda del conocimiento y el aprendizaje con sus verdades y dogmas académicos, impuestos quizás por teorías, discursos y libros de enciclopedia.
La relación Maestro-Alumno es un aprendizaje mutuo, de doble vía, en donde la comunicación asertiva y el pensamiento critico deben ser los pilares fundamentales. Existe una historia anecdótica ejemplar al respecto, entre el dialogo de un maestro y un alumno, aparte de que sea verídica y real, invita a una reflexión profunda. Se conoce como la historia de Bohr.
La educación transforma al hombre
¿Que se necesita para que el hombre se transforme y eduque?. Hace falta repensar el planteamiento de lo que llamamos educación. Algunos expertos coinciden en que actualmente, el sistema educativo es deshumanizado, elimina la creatividad y forma sujetos pasivos y conformes.
Ken Robinson, considerado como un guru de la creatividad, que imparte charlas motivacionales por todo el mundo, nos habla en el siguiente video, de como 'las escuelas matan la creatividad'
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